Nosotros necesitamos dormir unas ocho horas, los caballos con cuatro tienen suficiente y además pueden hacerlo de pie.
Los caballos en campo abierto son presas fáciles de los lobos y otros depredadores y si se tumban a dormir todavía más.
Durante millones de años sus cuerpos han desarrollado un sistema para dormir de pie.
Tienen un entramado de ligamentos único, que funciona como un armazón, ajustando las articulaciones en una posición determinada. De esta manera pueden dormir de pie sin caerse.