Son varios los cuidados que debemos tener en cuenta
para el bienestar de nuestros caballos, entre ellos la salud:
Existen diferentes aspectos externos que nos indican el buen estado de salud de nuestro caballo y otros signos, que pueden resultar suficientes para alertarnos si algo no está bien.
El caballo debe mostrarse habitualmente alegre y vigoroso. Sus ojos estarán brillantes, los tejidos elásticos su pelaje lustroso y sin caspa. El color de las encías debe ser rosado.
Normalmente se mantendrá de pie, durante el día y apoyado sobre las cuatro patas, aunque a veces puede hacerlo sobre tres, dejando descansar una trasera. Es posible que esté tumbado alguna vez, pero lo normal es que se levante cuanto entramos en la cuadra.
Al limpiarle los cascos, deberemos comprobar que sus extremidades no tienen calor ya que esto es aviso de algún problema.
Cuando el caballo está sano debe comer con apetito y masticar bien la comida. Si al acabar comprobamos que ha caído demasiado grano al suelo, sería conveniente comprobar el estado de sus dientes y muelas. A veces se forman puntas que les impide masticar bien.
Por lo general el caballo estercola alrededor de ocho veces al día, este debe ser compacto, pero no demasiado duro. Si existen problemas digestivos se manifiestan muchas veces en esto. También orina varias veces al día.
En condiciones normales el caballo en la cuadra no suele sudar. Si lo encontráramos así conviene estar pendiente, porque puede ser el síntoma de algún padecimiento.
La temperatura normal de un caballo es de 37 y medio a 38 grados si tiene más o menos, sería conveniente consultar con el veterinario.
Dentro de la atención habitual hacia nuestro caballo, no debemos olvidar la desparasitación. La frecuencia, puede variar, pero como mínimo se hará dos veces al año, aunque resulta aconsejable administrárselo cada tres meses para mayor efectividad.
No hay que olvidar que los caballos también tiene mucha propensión a las infecciones cutáneas (tiña, sarna, etc.) .Suelen aparecer en las zonas que están en contacto con los arreos. Para tratar este tipo de afecciones, se seguirán las indicaciones veterinarias y por supuesto extremar la limpieza en todo el equipo de caballo afectado. Por supuesto evitar el uso de los útiles de limpieza para otros caballos, ya que son enfermedades muy contagiosas.
Con la llegada de la primavera, los insectos propagan una serie de enfermedades infecciosas, que conviene prevenir extremando la limpieza y desinfección de la cuadra.
Es imprescindible el uso de zotal con asiduidad para completar las medidas higiénicas. Aunque el uso de productos para desinfectar la cuadra debe realizarse durante todo el año.
Y por último, lo más importante administrarle a nuestro caballo las vacunas. Esto deberá realizarlo el veterinario en las fechas que el determine, aunque suele hacerse en primavera y otoño.